La iniciativa oficial del Consejo Provincial de Educación para hoy bajo la difusa y elemental consigna “Qué escuela queremos” ha sido un total fracaso para las autoridades quienes intentaban promover la inclusión de los docentes en la escuela en un día no laborable, de manera arbitraria, y sin otro objetivo que el de difuminar los límites entre lo justo y lo necesario.
La intención del gobierno ha sido rechazada de manera unánime por los docentes de la provincia quienes le dijeron NO A LOS SÁBADOS. Ha sido categórica la acción de rechazo a la jornada obligatoria realizada por el Gobierno y a su vez, esta decisión una muestra de la organicidad hacia los cuerpos deliberativos de nuestro sindicato que, sin dudas, debaten desde la horizontalidad y no desde la imposición.
Las escuelas cerradas este sábado en todas las localidades y la presencia mínima de docentes y directivos invalidaron la jornada que pretendía tener un rigor obligatorio: un mensaje claro y contundente al Gobierno de que dichos programas deberán ser incluidos y desarrollados solamente en jornadas laborables y no como pretendieron hacerlo en esta circunstancia.
Ceder ante esta requisitoria implicaba para los docentes concederle al CPE la validez de su consigna “los sábados vinieron para quedarse”, siendo esta absolutamente falsa e impracticable. No solo porque legalmente no les corresponde agregar horas y días de trabajo a los docentes que diariamente bastante tarea tienen para desarrollar fuera del aula, sino porque ADOSAC no va a consentir que se aplique la regla del “hecho consumado” y que luego esto pase a ser una obligación constante y permanente a partir de la cual el docente pierda los límites entre trabajo y descanso, entre ciclo lectivo y vacaciones y termine siendo un empleado full time de funcionarios con caprichos excéntricos, como los de pretender tener a los docentes de lunes a lunes en las escuelas.
Sí, debemos reconocer y aplaudir la contraposición a esta negativa colectiva que expresaron los afiliados, con la enorme participación que registramos en la diplomatura organizada por nuestro gremio, en la que quedó de manifiesto el gran esfuerzo de nuestros compañeros que, en muchos casos hacen cientos de kilómetros para concurrir a este espacio, más allá de la compleja situación que vivimos como trabajadores.
No claudicamos, ni renunciamos a nuestros derechos; estamos convencidos de que la lucha continúa…siempre y a diario. Estamos convencidos de que ”la escuela que queremos” es precisamente lo opuesto a lo que el Estado provincial garantiza en el presente que se traduce en el ataque sistemático hacia la figura del docente y el abandono de la escuela como institución y por ende a nuestros alumnos como parte más vulnerable de un entramado social endeble y en decadencia a raíz de años de gobiernos que solo priorizaban intereses totalmente ajenos a las necesidades de los santacruceños.
Una vez más la resistencia docente consagra un nuevo hito y pone a las autoridades de Educación en el lugar que se merecen y se anima a advertirles que no deben ni pueden ser dueños de la vida, el trabajo y el descanso de cada uno de nosotros. Y nuestra voz, como gremio docente, ensordeció la provincia con el silencio de las escuelas, donde estas jornadas en contratiempo, no pudieron llevarse a cabo como pretendieron en vano.